Nuestros paladares se han acostumbrado a los sabores estandarizados de la industria que distan mucho de ser naturales. Los quesos artesanos tienen habitualmente sabores más intensos que los industriales.
La mayoría de quesos artesanos se elaboran a partir de leche cruda y sus cortezas son comestibles, lo que hace que sus sabores sean más intensos o poderosos en boca que los industriales. Además las texturas naturales son mejores porque son evolutivas y sorprendentes, mucho más sedosas, mucho más esponjosas, mucho más suaves o mucho más “lo que sea” ¡Porque son naturales!
En la industria se utilizan otro tipo de ingredientes e incluso pinturas, aptas para poner en alimentos pero no comestibles, que convierten un alimento de origen natural en un alimento procesado mucho menos saludable.
Por otra parte, la industria artesana del queso hace propuestas únicas, de pequeñas producciones en su mayoría, que lo convierten en un alimento exclusivo. Los maestros queseros realizan todo el proceso desde la recogida de la leche hasta la venta cuidando al detalle cada parte del proceso.